domingo, 27 de abril de 2014

Exposición de pintura y fotografía
MULTIVERSO
Sala Municipal PALACIO CONSISTORIAL.









Más allá del diálogo de imágenes entre el mago y el cirujano


"El arte no reproduce aquello que es visible sino que hace visible aquello que no siempre lo es"
Paul Klee

¿Se imaginan una “jam session” de músicos de jazz o de otro género musical pero, en vez de con instrumentos musicales, fuera desarrollada mediante la obra de artistas plásticos y gráficos?

Una jam session es un encuentro informal de músicos que interpretan para su propio disfrute música improvisada, no escrita ni ensayada previamente. Y, en general, su estructura responde a lo siguiente: se trata de varios músicos que, habitualmente, no tocan juntos; seleccionan temas o estructuras armónicas standards o conocidas por todos los participantes; desarrollan amplias improvisaciones sobre las bases melódicas aportadas por los temas seleccionados; utilizan arreglos musicales simples sobre un fondo espontáneo. Y generan un original y atractivo diálogo entre instrumentos.

La primera impresión que provocan las fotografías de José Carlos Ñíguez y los cuadros de Carretero en la exposición MULTIVERSO, confrontados unos frente a otras, es que se trata de una suerte virtuosa de jam session plástica donde las imágenes se disuelven con estilo armonioso en múltiples e inspiradas improvisaciones, convirtiendo las melodías originales en una trama sucesiva de temas que finalizan, forzosamente, por los límites del espacio donde se exhiben. 

Impacta la afortunada visión de unas impresionantes pinceladas de trazo maestro en las fotografías de Ñíguez, de igual intensidad que la observación de la textura cromática de imaginarios granos de haluros de plata y colorantes en los que, a modo de emulsión fotográfica sensible, deja su impronta los óleos de Carretero en cada lienzo.

Un desafío mutuo estimulaba sus producciones como artesanos de la pintura y de la fotografía. El reto de Carretero era hallar en las fotografías de José Carlos Ñíguez inéditas formas pictóricas aparentemente inapreciables en las huellas que inundan el papel fotográfico. El lance de Ñíguez se despliega en encontrar los detalles de escenarios, volúmenes, texturas y rasgaduras ocultas de los objetos abstraídos por el pincel en los lienzos de Enrique. Tal es el debate creativo entre ambos que si sumergimos bien nuestra atención en estas obras con una mirada pendular, alternando fotografías y lienzos, podemos acariciar el movimiento de sus respectivas ideas, pensamientos y sueños.

Navegando en este singular vínculo entre artistas de diferente territorio, no evitamos recordar las frases de Walter Benjamin cuando nos hablaba de que “el mago y el cirujano se relacionan como el pintor y el cámara. El pintor observa en su trabajo la natural distancia con lo dado, y él cámara (en esta ocasión, el fotógrafo) en cambio, penetra a su vez profundamente en la red de los datos. Las imágenes que obtienen uno y otro son enormemente diferentes. La del pintor es total; múltiplemente troceada la del cámara, cuyas partes se juntan según una ley nueva.” Lo que presenciamos en esta muestra es un diálogo mediante imágenes en las que estos personajes cumplen su papel más allá del símil que aporta Benjamin.

Frente a  las versiones audaces de lo que se suele denominar como “metapintura” y “metafotografía”, lo que consiguen ambos artistas mediante sus obras es provocar un diálogo metaliterario con el público. Su apuesta pareciera dirigirse por una acción comunicativa capaz de incorporar al espectador a un acto de construcción visual, con una narración tal que se ponen al descubierto los atributos concordantes de esas mismas imágenes, cada una de ellas de factura tan dispar.

No es un simple guiño metapictorico. El juego visual al cual nos invitan pretende que conozcamos diversas facetas del MULTIVERSO, un término que define los múltiples universos posibles, incluido nuestro propio universo: el espacio y el tiempo, las formas de materia, energía y movimiento, y las leyes físicas que las gobiernan. Quién las contempla se vuelve, inevitablemente, más activo en la labor de erigir el sentido de estas obras, completándolo o modificándolo por medio de las significaciones que añade en su desvelo. La complicidad surge sin esfuerzos, y el relato visual se cimenta en las diversas subjetividades del público ante las sensaciones imaginarias que suscitan.

En estos diálogos de imágenes en MULTIVERSOS, la fusión creativa que incita la obra aplicada por cada artista en uno y otro soporte, reside en que el drama colorista de las manchas y de los rastros de los objetos representados trasciende el hecho abstracto. Hasta el punto de que sus virtuales elementos figurativos traspasan los límites del marco, invitando en este juego visual a ampliar con la mente el escenario de su fantástica realidad.

Gabriel Navarro


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